El avance de Halloween: Re𝐛𝐨𝐫𝐧 comienza con un silencio escalofriante, roto solo por el sonido distante de un carillón de viento que se balancea suavemente con la brisa. La cámara recorre lentamente una calle suburbana desierta, iluminada por la luna, bordeada de casas inquietantemente silenciosas. Una luna llena arroja un brillo inquietante sobre la escena y la icónica música de Halloween comienza a sonar suavemente de fondo.
De repente, la tranquilidad se ve interrumpida por una serie de cortes rápidos y discordantes: una calabaza de Halloween que parpadea con una luz siniestra, un cuchillo manchado de sangre tirado en el suelo y una figura sombría que se mueve rápidamente en la oscuridad. La pantalla se oscurece y una voz profunda y amenazante entona: “El mal nunca muere realmente… solo espera”.
La cámara corta a una nueva ciudad, claramente marcada por una sensación de inquietud y aprensión. Los residentes susurran sobre el regreso de la leyenda, sus rostros son una mezcla de miedo e incredulidad. Vemos a un grupo de amigos preparándose para Halloween, sus bromas juguetonas rápidamente eclipsadas por una creciente sensación de terror. “Es solo una historia”, dice uno, pero su voz se quiebra.
El tráiler muestra escenas del infame Michael Myers, que ahora parece más amenazador e implacable que nunca. Su icónica máscara, llena de cicatrices y desgastada, se vislumbra en los rincones oscuros y se refleja en las ventanas oscuras. Los cortes rápidos muestran sus brutales encuentros con víctimas desprevenidas: una joven que corre frenéticamente por un bosque, una pareja que investiga ruidos extraños en su casa y un policía solitario que patrulla las calles, con el rostro marcado por la preocupación.
En medio del terror, vemos destellos de Laurie Strode (o un nuevo protagonista, dependiendo de la dirección de la película), que una vez más se ve obligada a enfrentarse a su peor pesadilla. El tráiler genera tensión con escenas en las que intenta prepararse para una confrontación: reúne armas, fortifica su hogar y reúne a su familia restante para una última batalla. Su voz tiembla mientras advierte: “Él no viene sólo por mí… viene por todos nosotros”.