Desde su nacimiento en 1958, Bocelli enfrentó desafíos significativos, incluyendo una discapacidad visual que comenzó con un glaucoma congénito y culminó en la pérdida total de la vista tras un accidente a los 12 años. Su madre, Oriana, ignoró las advertencias médicas sobre interrumpir su embarazo, lo que marcó el inicio de una vida dedicada a la música. Desde pequeño, su pasión por el canto se intensificó, y bajo la tutela del legendario tenor Franco Corelli, perfeccionó su técnica.