En un contexto marcado por la creciente violencia y el crimen organizado, la película “Man on Fire” (2004) cobra relevancia, especialmente con el reciente aumento de secuestros en Ciudad de México. En los últimos seis días, se han reportado 24 secuestros, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la seguridad y la protección de los más vulnerables, especialmente los niños.
La trama de “Man on Fire” gira en torno a un ex agente de la CIA, interpretado por Denzel Washington, que se convierte en el guardaespaldas de una niña, Gracie, interpretada por Dakota Fanning. A medida que la historia avanza, el vínculo entre ellos se fortalece, pero también se enfrenta a la dura realidad del peligro que acecha. La narrativa destaca la experiencia militar del protagonista, que se convierte en un factor crucial para proteger a Gracie en un entorno hostil.
La película no solo presenta un thriller emocionante, sino que también ofrece una profunda reflexión sobre el costo del crimen y la desesperación que sienten aquellos que deben enfrentar situaciones extremas. La frase “un hombre puede ser un artista en cualquier cosa, depende de cuán bueno sea” resuena a lo largo del filme, planteando la cuestión de cómo la violencia puede convertirse en una forma de arte para quienes eligen ese camino.
La obra de Tony Scott, con su estilo visual distintivo y una narrativa intensa, ha resonado en la audiencia desde su estreno. A medida que la violencia en México continúa siendo un tema preocupante, “Man on Fire” se presenta no solo como una obra de entretenimiento, sino como un espejo que refleja las luchas y los dilemas morales de la sociedad contemporánea. La historia de un hombre que se convierte en un instrumento de venganza resuena con la frustración de muchos que buscan justicia en un mundo caótico.